La base de los relojes Ball es la innovación y la creatividad, que son la piedra angular de la precisión en condiciones adversas. El ferrocarril es una pieza icónica de la ingeniería, fundamental para el establecimiento de Estados Unidos tal y como lo conocemos. A finales de 1883, la industria ferroviaria había acordado dividir el país en cuatro zonas horarias y había adoptado la hora estándar, y el público no tardó en seguir su ejemplo. Ese mismo año, un hombre llamado Clay Webb Ball fue el primer joyero que utilizó señales horarias y llevó la hora exacta a Cleveland, y finalmente fue nombrado inspector jefe de las líneas ferroviarias en 1891. Estos exquisitos relojes continúan la tradición de Webster Clay Ball, que aspiraba a fabricar y crear los relojes mecánicos más precisos del mundo. Diseñados para ser utilizados por aquellos que viven y trabajan en condiciones realmente adversas. Estos relojes representan la inspiración mezclada con una calidad técnica de ingeniería sobresaliente, siguiendo el camino que su fundador marcó hace casi 140 años.