El modelo Bell Hora recupera una complicación prácticamente olvidada: la "Sonnerie au passage". Exactamente a la hora, el reloj emite un agradable timbre que avisa al usuario del paso del tiempo sin tener que mirar la esfera. A diferencia de las campanas de las iglesias, el Bell Hora sólo suena una vez e indica a su portador que acaba de empezar una nueva hora, totalmente "en passant". Un pulsador situado encima de la corona se encarga de que la hora no suene si su propietario no lo desea, ya que el timbre del Bell Hora puede desconectarse. Una marca negra indica de un vistazo si el reloj va a sonar a la hora o si va a permanecer en silencio.