Wolf es mucho más que una marca, es un legado familiar, el perfeccionamiento de un oficio a lo largo de cinco generaciones hasta la actualidad y ahora puede encontrarla en nuestro catálogo.

WOLF, cajas, estuches y rotores de lujo.

Su fundador, Philipp Wolf I, era un platero alemán de la ciudad de Hanau. Pronto descubrió que sus piezas se vendían mejor cuando las presentaba en cajas bonitas, y no tardó en vender más cajas que plata; fue entonces cuando creó la compañía, en 1834. Se centró no solo en crear joyeros bonitos, sino en que fueran eficaces para proteger los bienes más preciados de sus clientes.

Su hijo Philipp Wolf II trabajó como aprendiz y pronto se hizo un experto. Viajando a Suecia un verano se enamoró del país, y estableció en la ciudad de Mälmo su propio taller. Allí fue donde se casó con Ida Wilhemina, una de las personas más importantes de la historia familiar, con la que tuvo dos hijos: Ernst y Philipp III, ambos continuando con la tradición.

Fue su esposa Ida quien, tras la Segunda Guerra Mundial y habiendo fallecido su marido, mostró una gran determinación al tomar las riendas de Wolf de inmediato; supervisando toda la producción y viajando a través del país, consiguió mantener vivo el negocio en uno de los momentos más críticos de la historia.

UNA NUEVA ERA PARA WOLF

Tanto Ernst como Philipp Wolf III siguieron con la profesión, Ernst en Estocolmo fundando su propia marca y Philipp continuando con Wolf. Este último desarrolló numerosas invenciones, como las bisagras que se introducían a través de la madera, que se utilizan hasta hoy en día, y la famosa caja de música con una bailarina giratoria.

Caja Bailarina Giratoria Wolf

La cuarta generación de la familia tomó partido en el negocio con Philip Wolf IV, que desde una edad temprana se apasionó por la mecánica y la profesión. Su influencia llevó a la empresa a expandirse al Reino Unido unos años más tarde fundando allí otra fábrica. Tanto fue así que fue Wolf quien hizo la caja de los gemelos regalados a Ronald Reagan por Margaret Thatcher.

150 AÑOS DE HISTORIA

En 1984 la compañía celebró su 150 aniversario, y enseguida demostró que la marca seguía en plena forma: la sociedad estaba cambiando y Philip percibió un gran aumento en los viajes tanto de ocio como de negocios, con la consecuente necesidad y oportunidad de un portar los relojes consigo de manera compacta, práctica y segura. Y así fue como nació el estuche tubular Wolf, a día de hoy todo un clásico de la colección por excelencia.

Estuche de relojes Wolf Blake de 3 relojes

Finalmente, en 1986 se unió al negocio familiar la quinta generación, el actual director, Simon Philip Wolf V. Desde el principio, y bajo la guía de su padre, asumió algunos de los retos más grandes de la compañía, adentrándose de lleno en el mercado estadounidense para comenzar, y el de Hong Kong para continuar.

En los últimos quince años ha realizado grandes logros, como su famoso rotor: único en el mercado con la tecnología patentada de recuento de rotaciones precisas al día, ya que los demás simplemente utilizan el tiempo para estimar las cuentas diarias.

Tras ello su colección British Racing pronto se convirtió en un clásico. El color verde British Racing surgió cuando en 1902 el Reino Unido ganó por primera vez la carrera automovilística Gordon Bennett Cup, y en honor a ello al siguiente año se celebró en Irlanda; donde adaptaron las leyes para hacerlo posible, ya que hasta entonces las carreras eran ilegales. Como muestra de agradecimiento, el equipo de Reino Unido al completo modificó el color con el que competía, estableciendo el característico British Racing que recoge Wolf en esta colección como homenaje.

Rotor de relojes Wolf British Racing

Y como siempre ha caracterizado a la marca, el deseo de que todas las personas puedan almacenar y cuidar de sus bienes más preciados todas las personas, innovaron haciendo gran parte de sus piezas de piel vegana. Se trata de un afán por incorporar materiales sostenibles y reciclados, tales como pulpa de manzana y botellas de plástico, ya que Wolf no solo habla del pasado, sino que nunca pierde de vista el futuro.